Quedaron los huesos. Quedaron los recuerdos; astillados, malheridos, descoloridos.
Quedó el esqueleto, semblanza inerte de la vida.
Quedaron las imágenes mudas, los momentos quietos, las historias sin voz; quedaron los tiempos dormidos.
Quedó la calavera, callado mausoleo mientras el mundo respira.
(📸 Jaime Ruiz)